La Diputación Foral de Gipuzkoa ha anunciado que la enfermedad fuego rojo provocada por la bacteria Erwinia amylovora se ha extendido a todo el Territorio Histórico de Gipuzkoa.
Los síntomas iniciales de la enfermedad tienen lugar en primavera (en la floración), siendo los brotes jóvenes y las flores los primeros en ser atacados. De esta manera, al inicio del ataque las flores ennegrecen y se marchitan pero permanecen adheridas al árbol, al igual que las hojas de los brotes terminales que se oscurecen y quedan como quemadas por el fuego. Los frutos también pueden ser afectados desde el inicio de su formación, necrosándose progresivamente hasta quedar secos y arrugados. De ahí el nombre de la enfermedad.
Sobre las ramas y tronco se pueden crear zonas con depresiones y agrietamientos en la corteza, de color más oscuro que lo normal. Bajo dicha corteza los tejidos adquieren una coloración pardo rojiza. El granizo, debido a las heridas que produce, favorece la penetración del inóculo.
En condiciones de alta humedad ambiental los órganos parasitados segregan unas gotitas, inicialmente blanquecinas y posteriormente amarillentas, exudados de bacterias que son foco de nuevas infecciones a través de la lluvia, viento, insectos etc. El inóculo bacteriano sobrevive en estado latente en los órganos parasitados, durante el periodo de reposo invernal. Las condiciones ambientales óptimas para el desarrollo de la enfermedad son primaveras con humedades relativas altas y temperaturas superiores a 18ºC. El manzano, el peral, el espino blanco, el mostajo, el serval de los cazadores o la acerola, son algunas de las especies más afectadas por esta enfermedad.
Con objeto de minimizar la expansión y los daños ocasionados por la enfermedad, la Diputación Foral de Gipuzkoa, mediante Orden Foral del 2 de marzo, indica que la persona propietaria o titular de las plantas afectadas deberá adoptar las medidas fitosanitarias correspondientes a las zonas que no tengan el estatus de zona protegida en relación al fuego bacteriano de las rosáceas.